La palabra triage deriva del vocablo francés “trier”, que significa elegir o seleccionar; por lo que el triage se puede definir como el proceso en el que se utilizan las habilidades clínicas para valorar ciertas variables (que dependen del modelo de triage utilizado) a partir de las cuales se va a clasificar la prioridad de atención de un paciente en función de su gravedad; con el objetivo de dar atención a pacientes en quienes peligre su vida antes que a cualquier otro.
Por lo tanto, los objetivos del triage son:
- Identificar pacientes con riesgo de vida
- Priorizar la atención
- Decidir el área de atención
- Evitar la saturación del servicio de urgencias
- Utilizar de manera eficaz los insumos
- Distribuir el personal de salud
Para realizar adecuadamente el proceso de triage se deben conocer los siguientes conceptos, ya que serán usados durante el proceso y son fundamentales para definir el nivel o prioridad de atención.
- Reanimación: Alteraciones agudas con riesgo inminente para la vida, órgano o función.
- Emergencia: Alteraciones agudas con riesgo inminente para la vida, órgano o función.
- Urgencia: Alteraciones agudas o subagudas de moderada severidad con riesgo potencial para la vida, órgano o función.
- Urgencia menor: Alteraciones subagudas o crónicas de baja gravedad sin riesgo inminente para la vida, órgano o función.
- Urgencia real: Riesgo a corto plazo para la vida, órgano o función.
- Urgencia sentida: Sin riesgo a corto plazo para la vida, órgano o función.
- Sin urgencia: Sin riesgo a corto o mediano plazo.
Cada institución de salud tiene su propio sistema de triage adaptado a las necesidades de su población usuaria y a los recursos con los que cuenta dicha institución. En el Instituto Mexicano del Seguro Social existe el procedimiento de triage para segundo nivel de atención y otro procedimiento para el tercer nivel de atención.
Para las unidades hospitalarias de segundo nivel de atención se asigna el nivel de triage de acuerdo al algoritmo de Índice de Gravedad de Urgencia. Este algoritmo se conforma de 4 preguntas ordenadas de la A a la D.
La primer pregunta que se realiza es la A ¿El paciente requiere resucitación o reanimación inmediata? Si la respuesta es sí, se asigna el color rojo y requiere atención inmediata en una sala de choque; si la respuesta es no, pasamos a la pregunta B.
La pregunta B es ¿La situación del paciente es de alto riesgo, presenta déficit neurológico, dolor severo o dificultad respiratoria severa?, si la respuesta es sí, se asigna color naranja y requiere atención en menos de 10 minutos en una sala de choque; si la respuesta es no, pasamos a la pregunta C.
La pregunta C es ¿Cuántas acciones terapéuticas o diagnósticas necesita el paciente?, si la respuesta es 0 (ninguna), se asigna color azul y la atención es de hasta 180 minutos pudiendo extenderse según la capacidad del servicio de urgencias, se clasifica como no urgencia y puede ser referido al primer nivel de atención, es decir un consultorio fuera de hospitalización; si la respuesta es 1 (una), se asigna color verde y la atención será de hasta 120 minutos, se clasifica como urgencia menor y puede ser abordada en una unidad de atención medica continua de primer nivel de atención; si la respuesta es >1 pasamos a la pregunta D.
La pregunta D es ¿Los signos vitales se encuentran en zona de riesgo?, si la respuesta es sí, se asigna color naranja y requiere atención inmediata menor a 10 minutos en una sala de choque; si la respuesta es no, se asigna color amarillo y requiere atención en los primeros 30 minutos en un consultorio de urgencias.
En la siguiente tabla se muestra el color, el área y el tiempo de atención:
Bibliografía:
Laborie Nassar, J. J. (2020). Procedimiento para la atención en el Servicio de Urgencias en Unidades Médicas de Segundo Nivel de Atención 2660-003-045. México; Dirección de Prestaciones Médicas IMSS. https://saladechoque.com/wp-content/uploads/2024/04/Triage-IMSS-segundo-nivel.pdf